11 de marzo de 2008

La difusa libertad

El último tema que esperaba encontrarme en un libro sobre lógica difusa era la libertad.

¿Qué es la libertad? No llegué a leerme ese capítulo, sólo lo ojeaba. Pero supongo que intentará definir diferentes grados de libertad, tantos como números reales hay entre 0 y 1, y de esa forma una persona podría ser un 0.25 preso y un 0.75 libre. O algo así.

Desde luego me volví a plantear esa pregunta. ¿Qué es la libertad? Nunca la he sabido contestar, al menos con una frase. Cambio de pestaña. Me voy al RAE, tecleo la palabra. "Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos." Bastante simple.

¿Por qué tantas vueltas entonces? ¿Por qué alguien le dedica un capítulo a la libertad en un libro de algo tan ajeno como la lógica matemática? Quizás no sea tan simple.

Se "supone" que quien no tiene restricciones es libre. Eso lo he oído muchas veces. Pero actualmente el ser humano, si hay algo que tiene, son restricciones. ¿Entonces, es que no somos libres? En ese supuesto, un hombre prehistórico que viviera en una agrupación humana sin ley ni orden, sin ninguna atadura, ¿era más libre de lo que somos nosotros ahora? Yo creo que no.

Para poder "hacer lo que uno quiere", la condición sinequanone es tener donde elegir. Un ser prehistórico no tenía restricciones, pero tampoco tenía muchas opciones. Y para conseguir esa riqueza de posibilidades que hoy en día tenemos hace falta una organización de la sociedad. Es decir, hacen falta leyes, restricciones. Llego a la conclusión quijotesca de que para ser libre, tiene que haber alguien que nos ponga unos límites.

Por otra parte está la cuestión de la "consciencia" de nuestras posibilidades. El ser prehistórico no tenía ni posibilidad ni consciencia. El hombre actual tiene donde elegir, pero en muchas ocasiones no lo sabe. Para ser libres no sólo hay que poder elegir, sino también saber que podemos hacerlo. Esto podría leerse de dos maneras: alguien que conoce muchos caminos pero no puede seguir ninguno es un preso moral; alguien que no conoce ningún camino sería libre por omisión. Pero no creo que valga esa omisión: la libertad tiene que ser una posibilidad tangible. Hace falta educación para aspirar a ser libre.

Me han hecho falta tres párrafos, y aun así puede que tampoco la haya definido. ¿Qué pensáis vosotros?

9 de marzo de 2008

Encuentros


Hubo una entrada en la que hablé del gran misterio que suponía para mí el encontrar revistas abandonadas por las escaleras de mi bloque.

De alguna manera esto supone que en mi vida no hay grandes misterios... Pero bueno, la verdad es que no me quejo. El asunto ha evolucionado: el otro día, en lugar de una revista, había una película (en vhs): Encuentros en la Tercera Fase. Estuve a punto de cogerla pero al final la dejé donde estaba, por si acaso. A ver si iba a ser una cinta en plan The Ring.

En fin... Ahora estoy en casa esperando a ver si alguien se anima a venir a votar conmigo. Mis padres han perdido la ilusión de las urnas, están un tanto desencantados; aunque la verdad es que yo también tengo menos ilusión ahora que antes. La vez que fui a las urnas con más devoción fue cuando tenía siete años y la única definición que conocía de "votar" era lo que hacía una pelota cuando la tirabas al suelo (con b, claro). Así que cuando vi las cabinas que habían preparado en el colegio para que la gente votara en secreto, no lo dudé dos veces: me metí dentro de una de ellas, cerré la cortinilla y comencé a pegar saltos como una loca.

Aunque, bromas aparte, tengo muchas ganas de ir :)