20 de mayo de 2010

Selección Natural en el acuario

Hace cosa de unos meses nos hicimos con un acuario en casa. Es una cosa normalita, 80 litros y 8 platys para empezar, de los cuales dos eran hembras. Al poco tiempo, cuando por fin se hicieron al nuevo entorno, comenzaron a reproducirse. Y fue entonces cuando de verdad empezó a divertirme eso de tener un acuario: notar que una hembra se ha quedado embarazada, ver cómo le crece una mancha oscura en la tripa y finalmente observar el nacimiento de una gran camada de alevines nanoscópicos es muy emocionante.



Pero entonces los alevines empiezan a morirse. Si no se los comen los otros peces ya creciditos del acuario, se pegan un empacho de nitritos y no lo cuentan. O son demasiado torpes y se meten entre las piedras, sin poder salir después. Al principio casi se me saltaban las lágrimas (sí, qué le vamos a hacer, cosas de las hormonas), pero luego, pensando un poco, uno cae en la cuenta de que de tantos peces no pueden sobrevivir el 100%. Para algo está la selección natural. Es decir, los alevines más débiles morirán pronto y no se reproducirán, de modo que sus debilidades no serán transmitidas genéticamente, evitando ese lastre a la especie autóctona de mi acuario.

Todo esto me recordó una frase-chiste que me hizo bastante gracia:
El no tener hijos es hereditario: si tus padres no tuvieron, tú tampoco los tendrás.
Junto con la selección natural, la herencia es otro de los elementos clave de la evolución darwiniana. El tercero en discordia son las mutaciones, mecanismo aleatorio mediante el cual se producen los cambios que harán de un individuo un ente débil o fuerte. La selección natural se decantará por el segundo individuo, permitiéndole sobrevivir y reproducirse; y la herencia hará el resto, transmitiendo los genes mejorados a su progenie.


El hecho que me llama la atención es que, si bien las mutaciones y la herencia son inexorables, la selección natural es algo que hoy en día estamos consiguiendo atenuar. Me refiero a la medicina. Sin ella, algo tan simple como la capacidad reproductiva de la especie se mantiene estable gracias a la selección natural. Como rezaba el chiste: los que son estériles no suelen tener hijos. Pero hoy en día existen tratamientos de fertilidad muy potentes que hacen que parejas sin apenas posibilidades de procrear puedan engendrar hijos (que, probablemente, también tendrán problemas en este sentido). Y así con muchos ejemplos que se nos pueden ocurrir, referentes a cualquier rama de la medicina. Creo que, en definitiva, los avances médicos tienden a frenar la selección natural. Esto ya lo dijo un biólogo llamado Steve Jones. (Ojo, no estoy diciendo que los avances sean algo negativo, ¡todo lo contrario!).

Pero yo no creo, obviamente, que la evolución humana haya tocado fondo. Por supuesto, por mucho que se avance en la medicina, la selección natural no puede anularse del todo, y la herencia y las mutaciones siguen ahí como elementos indisolubles. Por otra parte, siempre quedará la evolución "por desuso". Dicen que dentro de un tiempo el dedo meñique habrá desaparecido. Supongo que esto no es nada extraño (siempre y cuando exista una mutación que sirva como disparador), teniendo en cuenta que no nos hace falta. La selección natural, simplemente, ignorará que tenemos cuatro dedos en lugar de cinco, y permitirá que esta característica se vaya transmitiendo mediante la herencia.

En fin. Lo que da de sí un acuario.

3 comentarios:

Unknown dijo...

¡Hay que ver lo que da de sí un acuario! xD

Pues sí, el tema es interesante. El ser humano va avanzando a pasos agigantados, hasta tal punto que parece ser capaz de desafiar a la naturaleza. ¿Quién sabe? Puede que lleguemos a ser dioses con el paso de los años. Aunque teniendo en cuenta la maldad que también existe en (casi todos) los seres humanos, además de dioses habría demonios... y eso es tan peligroso...

Pero bueno, confiemos en que la naturaleza sepa pararnos a tiempo :)

Un besoteee

Unknown dijo...

Qué poca fe en el género humano... :P

Yo también pienso que hay maldad en todos nosotros, pero en un grado no muy dañino. Es decir, somos egoístas por naturaleza, pero esto quizás también es consecuencia de la selección natural. Puede que sea (o fuera) necesario para sobrevivir.

Hace poco leí una frase: Habiendo tantos mecanismos para aniquilarnos los unos a los otros, es increíble que el 99% de los humanos viva su vida sin matar a ningún semejante.

Un besito :)

E dijo...

Interesante!
Yo creo que seguimos con la selección natural, pero a un nivel diferente. Hoy en día se vé una evolución social, en el sentido en que hay rasgos sociales que desaparecen, otros que se extienden; y todos en conjunto configuran una especie. Por ejemplo, hace 100 años, nuestra especie era como seguramente seguirá siendo dentro de otros 100 años; pero el individuo de dentro de 100 años tendrá una forma de vida completamente diferente. Dependiente de la tecnología, sí; pero en el mismo sentido en que un cangrejo ermitaño lo es de encontrar una concha, por ejemplo.
Es más, yo personalmente pienso en que la evolución es un proceso que va más allá de la vida. La Tierra, el Sistema Solar; son todos productos de la evolución del Universo

Un saludo!